Continuamos con el artículo del GM Spraggett, en el que describe las cualidades que deben adquirirse para llegar a la maestría, y los consejos a seguir para alcanzarla.
Una cuestión sobre la que debo poner mucho énfasis es que el principiante debe desarrollar el hábito deprestar atención a las amenazas de su oponente. Debe coger este hábito hasta que se convierta en una parte de él, comprobar qué se le amenaza antes de mover. Si no sabe qué se le está amenazando, no importa cuánta información tenga, cuánta técnicas haya adquirido: perderá siempre. De igual forma que aprendemos a mirar a ambos lados de la calle antes de cruzar, y lo hacemos después de manera inconsciente, así el principiante debe preguntarse antes de mover cuáles son las amenazas inmediatas de su rival.
Otro punto dentro de este primer paso que estamos tratando: es difícil encontrar un rival que sea más fuerte que tú y del que puedas aprender en el post-mortem. Esto está claro. Pero es importante comprender que la cantidad de tiempo que permaneces en este primer nivel está relacionado con la cantidad de tiempo que no pierdes jugando con rivales más débiles. Creo firmemente que los viejos maestros de hace 500 años (Ruy López, Damiano) sabían lo que decían cuando aconsejaban no jugar con oponentes peores que uno mismo.
La segunda fase (una vez que el jugador ha adquirido cierto tipo de conciencia ajedrecística) es muy diferente de la primera porque se empieza a a mejorar el juego mediante la adquisición de técnicas y métodos (que contrasta con aprender qué no hacer: ahora aprende qué hacer). Esta es la principal característica del proceso de aprendizaje en este punto, y continúa hasta llegar a nivel de maestro. Aquí es importante la información ajedrecística específica. Ahora no es crítico el jugar contra oponentes más fuertes (aunque sí ayuda). En esta fase, se desarrolla la fuerza del jugador. Se puede describir como algo que consiste en tres elementos:
1. Habilidad natural
2.Técnicas y métodos adquiridos
3.Información y concimientos
En esta fase el jugador debe participar en torneos. Este paso dura más tiempo que el anterior.
¿En qué consiste el nivel del maestro? No quiero tratar el tema del Elo y otros sistemas matemáticos. Prefiero hablar de ideas. Un maestro es un jugador muy competente que no sólo ha adquirido la comprensión de que una partida es una serie de minipartidas (apertura, medio juego y final), cada una con sus propias características, sino también la habilidad de construir su partida a partir de estos elementos. Dicho de otra forma, el maestro no sólo puede reducir la partida a sus elementos, sino que puede usarlos y juntarlos en una partida completa. El maestro tiene un alto nivel de habilidad técnica, junto con una gran comprensión del juego.
Control del tablero y maestría
Siempre me ha sorprendido los pocos libros escritos que explican la importancia del tablero en sí mismo. Es más que la mesa donde se juega. Conocer sus propiedades es muy importante. Los libros se ocupan demasiado de las piezas, sin darse cuenta de lo que se pierde al no hacer un estudiode las relaciones del tablero con cada pieza por separado. Lasker escribió que muchos de los errores de un jugador podrían evitarse si comprendiera el tablero mejor. Muchos jugadores tienen dificultades para visualizar un tablero. Se les puede pedir cerrar los ojos y preguntarles sobre las casillas (de qué color son), sobre las diagonales, filas, etc. Mi experiencia como entrenador es que muchos tienen dificultades en hacer tal cosa. Pero el tema es importante debido a la manera en que funciona el cerebro. El proceso de pensamiento en ajedrez implica el uso de los ojos igual que el del ojo de la mente. El ojo de nuestra mente ve el tablero de manera diferente, como si no pudiera visualizar el tablero entero. Lo descompone en partes, y cada parte está relacionada geométricamente con las otras. Si no hemos comprendido conscientemente la geometría del tablero y sus relaciones con dada pieza, entonces el ojo de nuestra mente (nuestra manera de imaginarnos el tablero) no apreciará el tablero completo, y por tanto, se pueden pasar por alto algunos temas tácticos. Por ejemplo, oímos muchas historias sobre cómo se pierden algunas partidas: lo habían previsto todo, y luego se direon cuenta de que la pieza que querían mover a tal casilla no se podía (sería un movimiento ilegal).
En los años 80 apareció una generación de jugadores soviéticos que destacaban por mirar al vacío, no al tablero, mientras pensaban. Recuerdo la primera vez que jugué con Shirov. Era el año 90, en París, y fui emparejado contra este relativamente desconocido joven letón. Yo jugué de manera normal, y me quedé sorprendido cuando me di cuenta de que miraba al tablero sólo de vez en cuando, y que la mayoría del tiempo miraba al vacío. Pensé que le pasaba algo. Pensé que no tendría problema en ganarle. Pero me impresionó todo lo que vio durante la partida. Combinaba la visión normal con el pensamiento a ciegas, y los resultados eran impresionantes. Hoy día sigue empleando esta técnica. Otros que lo hacen son Ivanchuk y Gelfand. Es una técnica desarrollada por los entrenadores soviéticos. Hoy día, Anand es el máximo exponente de esta escuela.
Hay muchas cosas que ves cuando cierras los ojos, y que no ves al tenerlos abiertos. Sugiero algunos ejercicios para mejorar esta conciencia del tablero. Empezad con un tablero vacío. Poned un caballo en a1. Sabías que llevarlo a b2 cuesta tanto tiempo como llevarlo a la octava fila?: cuatro movimientos. Esto ciertamente no es intuitivo, porque tiene que ver con las propiedades del tablero y del cabello. Después prueba con ejercicios con combinaciones de piezas, como por ejemplo dama y rey o dama y alfil. Fíjate en que la dama no puede atrapar a una pieza en un tablero vacío, pero sí a un caballo. Así nos damos cuenta de la importancia que toma el ataque doble para capturar a una torre o a un alfil. Esto nos lleva a insistir en que hay que esforzarse en desarrollar uno mismo ejercicios para mejorar el control sobre el tablero. Practica un poco cada semana. Prueba a cerrar los ojos y darte cuenta de lo que ves. Hazlo cinco minutos y luego abre tus ojos y mira al tablero. ¿Ves diferencias? Deberías verlas. Ganarás mucho combinando las dos visiones (con los ojos y con la mente).
Hasta aqui todo por esta segunda parte, nos vemos en la tercera y ultima entrega de esta serie Como ser un Gran Maestro.
Una cuestión sobre la que debo poner mucho énfasis es que el principiante debe desarrollar el hábito deprestar atención a las amenazas de su oponente. Debe coger este hábito hasta que se convierta en una parte de él, comprobar qué se le amenaza antes de mover. Si no sabe qué se le está amenazando, no importa cuánta información tenga, cuánta técnicas haya adquirido: perderá siempre. De igual forma que aprendemos a mirar a ambos lados de la calle antes de cruzar, y lo hacemos después de manera inconsciente, así el principiante debe preguntarse antes de mover cuáles son las amenazas inmediatas de su rival.
Otro punto dentro de este primer paso que estamos tratando: es difícil encontrar un rival que sea más fuerte que tú y del que puedas aprender en el post-mortem. Esto está claro. Pero es importante comprender que la cantidad de tiempo que permaneces en este primer nivel está relacionado con la cantidad de tiempo que no pierdes jugando con rivales más débiles. Creo firmemente que los viejos maestros de hace 500 años (Ruy López, Damiano) sabían lo que decían cuando aconsejaban no jugar con oponentes peores que uno mismo.
La segunda fase (una vez que el jugador ha adquirido cierto tipo de conciencia ajedrecística) es muy diferente de la primera porque se empieza a a mejorar el juego mediante la adquisición de técnicas y métodos (que contrasta con aprender qué no hacer: ahora aprende qué hacer). Esta es la principal característica del proceso de aprendizaje en este punto, y continúa hasta llegar a nivel de maestro. Aquí es importante la información ajedrecística específica. Ahora no es crítico el jugar contra oponentes más fuertes (aunque sí ayuda). En esta fase, se desarrolla la fuerza del jugador. Se puede describir como algo que consiste en tres elementos:
1. Habilidad natural
2.Técnicas y métodos adquiridos
3.Información y concimientos
En esta fase el jugador debe participar en torneos. Este paso dura más tiempo que el anterior.
¿En qué consiste el nivel del maestro? No quiero tratar el tema del Elo y otros sistemas matemáticos. Prefiero hablar de ideas. Un maestro es un jugador muy competente que no sólo ha adquirido la comprensión de que una partida es una serie de minipartidas (apertura, medio juego y final), cada una con sus propias características, sino también la habilidad de construir su partida a partir de estos elementos. Dicho de otra forma, el maestro no sólo puede reducir la partida a sus elementos, sino que puede usarlos y juntarlos en una partida completa. El maestro tiene un alto nivel de habilidad técnica, junto con una gran comprensión del juego.
Control del tablero y maestría
Siempre me ha sorprendido los pocos libros escritos que explican la importancia del tablero en sí mismo. Es más que la mesa donde se juega. Conocer sus propiedades es muy importante. Los libros se ocupan demasiado de las piezas, sin darse cuenta de lo que se pierde al no hacer un estudiode las relaciones del tablero con cada pieza por separado. Lasker escribió que muchos de los errores de un jugador podrían evitarse si comprendiera el tablero mejor. Muchos jugadores tienen dificultades para visualizar un tablero. Se les puede pedir cerrar los ojos y preguntarles sobre las casillas (de qué color son), sobre las diagonales, filas, etc. Mi experiencia como entrenador es que muchos tienen dificultades en hacer tal cosa. Pero el tema es importante debido a la manera en que funciona el cerebro. El proceso de pensamiento en ajedrez implica el uso de los ojos igual que el del ojo de la mente. El ojo de nuestra mente ve el tablero de manera diferente, como si no pudiera visualizar el tablero entero. Lo descompone en partes, y cada parte está relacionada geométricamente con las otras. Si no hemos comprendido conscientemente la geometría del tablero y sus relaciones con dada pieza, entonces el ojo de nuestra mente (nuestra manera de imaginarnos el tablero) no apreciará el tablero completo, y por tanto, se pueden pasar por alto algunos temas tácticos. Por ejemplo, oímos muchas historias sobre cómo se pierden algunas partidas: lo habían previsto todo, y luego se direon cuenta de que la pieza que querían mover a tal casilla no se podía (sería un movimiento ilegal).
En los años 80 apareció una generación de jugadores soviéticos que destacaban por mirar al vacío, no al tablero, mientras pensaban. Recuerdo la primera vez que jugué con Shirov. Era el año 90, en París, y fui emparejado contra este relativamente desconocido joven letón. Yo jugué de manera normal, y me quedé sorprendido cuando me di cuenta de que miraba al tablero sólo de vez en cuando, y que la mayoría del tiempo miraba al vacío. Pensé que le pasaba algo. Pensé que no tendría problema en ganarle. Pero me impresionó todo lo que vio durante la partida. Combinaba la visión normal con el pensamiento a ciegas, y los resultados eran impresionantes. Hoy día sigue empleando esta técnica. Otros que lo hacen son Ivanchuk y Gelfand. Es una técnica desarrollada por los entrenadores soviéticos. Hoy día, Anand es el máximo exponente de esta escuela.
Hay muchas cosas que ves cuando cierras los ojos, y que no ves al tenerlos abiertos. Sugiero algunos ejercicios para mejorar esta conciencia del tablero. Empezad con un tablero vacío. Poned un caballo en a1. Sabías que llevarlo a b2 cuesta tanto tiempo como llevarlo a la octava fila?: cuatro movimientos. Esto ciertamente no es intuitivo, porque tiene que ver con las propiedades del tablero y del cabello. Después prueba con ejercicios con combinaciones de piezas, como por ejemplo dama y rey o dama y alfil. Fíjate en que la dama no puede atrapar a una pieza en un tablero vacío, pero sí a un caballo. Así nos damos cuenta de la importancia que toma el ataque doble para capturar a una torre o a un alfil. Esto nos lleva a insistir en que hay que esforzarse en desarrollar uno mismo ejercicios para mejorar el control sobre el tablero. Practica un poco cada semana. Prueba a cerrar los ojos y darte cuenta de lo que ves. Hazlo cinco minutos y luego abre tus ojos y mira al tablero. ¿Ves diferencias? Deberías verlas. Ganarás mucho combinando las dos visiones (con los ojos y con la mente).
Hasta aqui todo por esta segunda parte, nos vemos en la tercera y ultima entrega de esta serie Como ser un Gran Maestro.
Saludos y hasta la proxima
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